-Las empresas adeudan más de 1,3 billones de euros, y todo el sector público, 450.000 millones
-Las familias, hasta junio, tenían una deuda de 904.614 millones, un 43% más que en 2003
España está endeudada hasta las cejas. Si en tiempos de bonanza económica la petición de créditos y su respectiva concesión cabalgó sin límites, la crisis cerró la liquidez a empresas y familias. Pero las Administraciones Públicas, necesitadas como están de atender todas las necesidades, sobre todo, sociales, son las que captan la mayor parte del dinero en circulación.
No en vano, el déficit público podría acabar cercano al 12% del Producto Interior Bruto (PIB). A finales de julio pasado empresas, familias y sector público debían la escandalera de 2,7 billones de euros que, para que nos hagamos una idea, representa el 250 por ciento de nuestro PIB, por lo que se ha multiplicado por tres desde 2003.
En búsqueda de liquidez
Y nuestra economía tardará en recuperarse. A cada uno le preocupan sus deudas. Las familias, pendientes del hilo del paro, están endeudadas por valor de 904.614 millones, la mayor parte por préstamos sobre viviendas. Menos mal que el euribor está en el nivel más bajo de su historia (1,25). La pregunta es qué ocurrirá cuando el Banco Central Europeo (BCE) decida subir los tipos de interés.
Por su parte, las empresas, que han tenido que reducir sus márgenes y buscar liquidez a duras penas, deben más de 1,3 billones de euros. Sólo las operaciones inmobiliarias supera el billón de euros (el 60 por ciento corresponde a las familias y el 40 por ciento a operaciones inmobiliarias aún impagadas).
Para el responsable del servicio técnico de Comisiones Obreras, Miguel Ángel García, salir de esta situación requerirá no tomar decisiones precipitadas. Antes se deben tener en cuenta los márgenes que tiene la economía.
Ganar tiempo
El problema es que en los tiempos de bonanza no se guardó para tiempos peores, y se ha llegado a este nivel de endeudamiento porque nadie puso límites al dinero que se prestaba. Ahora, denuncia el economista, "se está volviendo a refinanciar la deuda de las empresas" para que las entidades financieras no vayan al "colapso", a través de la creación de sociedades a las que imputan las operaciones inmobiliarias impagadas. El objetivo de tal medida es ganar tiempo para que se incrementen sus activos financieros y buscar una salida al grave problema que tienen: los 800.000 millones de deuda con el exterior y los fallidos.
Por tanto, este sector necesita capitalización, mientras el Fondo de Reestructuración Ordena Bancaria (Frob) sólo se preocupa por "comprar activos". A día de hoy, la reserva del sector asciende a 37.000 millones, una cantidad que resulta a todas luces irrisoria.
Mientras tanto, las empresas están muy "apalancadas". Según los últimos datos, el valor de las operaciones inmobiliarias impagadas supera los 470.000 millones de euros, lo que supone un incremento de estos créditos desde 2003 hasta mediados de 2009 del 47 por ciento.
Por último, las Administraciones Públicas, que venían de un cómodo superávit, ya tienen en su contra 450.000 millones de euros, tras emitir todo tipo de deuda para atender a sus gastos más apremiantes, sobre todo, los planes de estímulo fiscal junto a las ayudas a los desempleados y a los sectores más afectados por la crisis. Por estas últimas razones, la deuda pública ha pasado de los 432.000 millones en 2008 a los 561.000 millones.
Fuentes